En ATT continuamos con el nuevo line-up de productos de la marca china BYD, y luego de haber probado al Tang (ver nota) y el e2 (que se publicará pronto), fuimos los primeros en el país en evaluar al Song Pro EV. No necesito explayarme sobre el producto porque ya te contamos sobre el Song en el adelanto de test que publicamos hace poco (ver adelanto). Así que, vamos a empezar con el análisis del Song Pro EV GS.
Diseño exterior
Aunque en las sombras y bastante de incógnito, estuvimos evaluando al BYD e2 (cuya nota se publicará pronto), y su diseño exterior tiene mucho que ver con todo el tratamiento que se ve en Song Pro. No solo porque hay cosas que son casi idénticas, sino que el lenguaje de diseño en general es completamente el mismo, veamos por qué.

En el frontal del Song Pro, encontramos, de nuevo, un planteo casi idéntico al e2. El estilo que utiliza (y esto aplica a toda la carrocería) es un estilo de lineas mucho más elegantes y definidas que por ejemplo, su hermano grande Tang. El frontal utiliza una parrilla de grandes dimensiones, con un patrón de lineas entrecortadas cromadas, exclusivo de el Song Pro EV, ya que el DM (PHEV) utiliza listones cromados enteros.

Las ópticas por ejemplo son de un diseño muy trabajado, con el componente de las luces diurnas como tres “L” invertidas que le brindan gran personalidad. Además, el listón cromado más grueso que se sitúa en la parte superior de la parrilla, se extiende dentro de las ópticas, brindando un poco más de dinamismo y atrevimiento. El poder lumínico de estas ópticas es excelente, con muy buena claridad e intensidad, aunque quizá las luces largas podrían tener un poco más de alcance. Más abajo de esto, los indicadores se encuentran compuestos por diodos LED en la parte baja del paragolpes. Realmente, muy agradable el remate frontal.

Pasando al lateral del Song Pro EV, encontramos un planteo que se condice con el frontal y es de una sobriedad muy bien trabajada, casi alemana. En este color Blanco metalizado no se observaba con tanta claridad, pero el pilar C se encuentra en un color plateado que le da un toque más sofisticado, además de que es donde desemboca un listón plateado que recorre la linea baja de las ventanillas. La línea de estilo cintura es muy notoria y le aporta un poco más de fortaleza y dinamismo a un diseño bastante tranquilo pero bien logrado, elevándose en los pasos de rueda y bajando en la zona de puertas.

Además, lo que es el añadido bajo de las baterías esta realmente bien disimulado, ayudándose de que las partes bajas de la carrocería estan cubiertas en plástico. Las llantas de esta unidad son de 19″ con un diseño realmente agradable, y neumáticos en medida 235/50, aunque en la dinámica, no parece que tuviese ese talón ni ese diámetro de llanta.

Finalizando en el sector trasero, como nos tiene acostumbrados BYD, se sirve de una light bar trasera que sirve como una óptica, en este caso con un diseño realmente agradable y moderno. En el medio de ese festival lumínico, se esconde un listón cromado que le añade un toque más sofisticado. Además, coincidiendo con e2 y diferenciándose de Tang, la marca decidió ir por la misma fuente para el logotipo que en el hatchback, diferenciándose con el bestial SUV de siete plazas.

Diseño interior y comfort
Si el diseño exterior del Song Pro hoy día nos pareció lo mejor que tiene el fabricante chino en nuestro país, el interior es realmente uno de esos lados donde realmente nos sorprendió. Realmente (y de nuevo, incluso frente a Tang, un producto de U$S83.990) hay mejoras sustanciales en lo que es acabados y atenciones al detalle.

El interior de Song te recibe con un sistema de entrada fácil (aunque a medias, ya que solo corre la butaca hacia atrás) que sigue siendo más prolífico que no tener nada. La butaca es de una comodidad realmente patente tanto en el asiento como en el respaldo, aunque quizá habría sido más práctico un extensor de muslos para que estos vayan mejor apoyados. De todas formas, la misma tiene regulación eléctrica longitudinal, de altura, de lumbares y basculante del asiento, lo que proporciona más comodidad. La postura de manejo es bastante flexible, aunque un poco elevada incluso en la posición más baja. El volante es el del mismo tipo que ya vimos en e2 o Tang, pero en este pude observar un tacto realmente distinto en lo que fue todos los materiales del habitáculo, y particularmente, el cuero del volante, muy cuidado.

Lo que me sorprendió particularmente del habitáculo en este Song, es que se nota la evolución de la marca, es decir, todo lo que es la parte alta del salpicadero y puertas, se encuentra “trazado” por dos líneas, una que es una falsa metálica (que no queda mal) pero debajo de esta, existe un acabo de un material como de “gamuza”, en un color azul piedra que realmente, le brinda una sofisticación mayor al interior de este Song que en cualquiera de sus otros productos. También sucede que los dos tweeters que tiene este Song, se encuentran en el panel de la puerta integrado en el mismo lugar que el recubrimiento en esta tela, y tienen realmente un muy lindo tratamiento, con una cubierta metálica que, de nuevo, le añade sofisticación.

Además, del lado del acompañante al centro, parte del salpicadero se desvía y deviene en la consola central, en forma de una “agarradera central”. Tiene una forma un poco extraña y no tan ergonómica por detrás, pero sirve y le da un detalle más, además de que está recubierta en este material que mencionamos previamente.

Frente al volante encontramos un tablero con pantalla LCD de 7″, básicamente es muy parecido al del e2 y no hay mucho para decir sobre este. La diferencia también se basa en que, debido a que Song tiene ACC, tiene un indicador visual sobre cuanta distancia dejamos entre el vehículo de adelante y el nuestro, muy útil. Al igual que su gemelo compacto, los colores del instrumental (y la pantalla) cambian según el modo de manejo, siendo celeste en el modo ECO, y rojo en el modo SPORT. Además de esto, el Song tiene iluminación ambiental no configurable. Es decir, al caer la noche y los sensores de luz enciendan las ópticas principales, encenderá también una línea de color celeste que recorre de punta a punta la plancha frontal del interior, además encenderá luces en los reposapiés de los pasajeros delanteros, un detalle agradable, aunque podría ser configurable.

En cuanto al sistema multimedia, como podrán haber visto, no es necesario que desarrollemos demasiado, ya es exactamente el mismo sistema que vimos en el BYD Tang (ver nota) y BYD e2 (se publicará pronto). Se trata del sistema DiLink de BYD, que aglomera todas las funciones básicas que no se encuentran en comandos físicos en el habitáculo. En este caso, la pantalla tiene una definición correcta y el tamaño no es innecesariamente grande, ya que es de 12″. De todas formas, el sistema tiene un funcionamiento correctísimo, sin experimentar trancazos ni problema de ningún tipo. Aparte de esto, la pantalla reserva esta función (que también tenían los otros productos ya mencionados) para rotar la pantalla con un toque en un botón en la misma, o en el volante. Esta función sinceramente no sirve para mucho (por no decir, para nada), sino que es más un party trick para gente que desconoce este recurso. Está muy curioso verles las caras cuando rotamos la pantalla de los BYD.

De todas formas, también conserva la misma función que las demás pantallas de dividirla a la mitad para usar, por ejemplo, Spotify y Waze al mismo tiempo. Destacamos claramente, que cuando decimos Spotify o Waze, estamos hablando de aplicaciones nativas del sistema operativo de la “tablet” que es, a todas luces, de sistema Android. Un fallo recurrente que solemos notar en este sistema DiLink, es que, cuando usamos por ejemplo Waze y estamos escuchando un podcast de Spotify o lo que fuese de fondo, no podemos bajar el volumen del contenido. Para ello, lo que hay que hacer es intercambiar de app, es decir, ir al botón que sirve de multitarea, seleccionar Spotify, y ahí podremos bajar el volúmen. Es muy frustrante, distrae y merecería que se arregle pronto. Notamos este problema en e2, Tang (ver evaluación), y este Song Pro.

De todas formas, ya pasamos hacia las plazas traseras del Song, donde las noticias continúan siendo tan buenas como en la parte delantera. Las plazas traseras del BYD son un lugar muy especial para viajar. La comodidad realmente sobra, el asiento tiene un recorrido extenso, y el respaldo es mullido, además de reclinado en una medida justa que garantiza un buen viaje. Además, se extiende hasta acá el recubrimiento de una parte del panel de puertas en gamuza, y la presencia de cueros es cercana y notoria. La distancia para los pies y cabeza sobra, dada la convencional forma de SUV, y el piso es plano, así que un tercer pasajero puede viajar suficientemente cómodo, eso si, con un respaldo un poco más duro y más alto.

Además, para las plazas traseras también se podrá gozar de ventilación, puertos de carga para dispositivos, y redes para guardar objetos en los respaldos de los asientos delanteros, también gozando del extenso techo solar corredizo panorámico aprueba con muy buena nota en esta zona.

Pasando al baúl, que es de apertura y cierre eléctrico, además de tener función de manos libres, encontramos un baúl de dimensiones suficientes, que en total puede alojar 406 litros, una medida correcta, pero tampoco que derroche espacio. Lo bueno es que el baúl tiene niveles de acabados correctos, y al rebatir los respaldos en formato 60:40, puede guardar hasta 1.340 litros. Lo malo, es que no existe ningún tipo de neumático de auxilio, porque ni “de galleta” hay. En contraposición, si hay un kit de reparación de pinchazos, es mejor que no tener nada, pero en cuanto se rompan los 235/50 R19 del Song, a llorar la milonga a otro lado.

Desempeño mecánico y comportamiento dinámico
En cuanto a la motorización del Song Pro EV, es obvio, es eléctrica. El tope de gama denominada GS, utiliza el impulsor BYD-2015TZ-XS-E, que sube la entrega de potencia a 180 cv, pero mantiene el torque igual (280 Nm). Las prestaciones proporcionadas por la marca son un poco justas, con un 0 a 100 km/h en 10.5 segundos, y la misma velocidad máxima que el menos potente, de 150 km/h (más o menos, dice la marca en la ficha). Lo que sí aporta, es una batería que tiene una capacidad de 71 kWh, aumentando la autonomía a 500km.

En la reseña del Song hablamos mucho del e2, lo nombramos inconfundiblemente, y es que, como vamos a ver en la conclusión, este Song es una mezcla casi-perfecta, que toma lo bueno del e2 y del Tang, y los funde en un solo producto. También toma algunas contras, pero eso se verá en el apartado correspondiente.

Más que nada en el desempeño mecánico se puede observar lo similar que es el Song al e2, porque mantiene esta misma dinámica de entrega de potencia que su hermanito hatch, es decir, de 0 a 50 km/h, es bastante rápido, pero de 50 a 150 km/h, se toma su tiempo para realizar las maniobras. Esto resulta particularmente útil en ciudad, donde, como siempre digo (y creo que nunca me voy a cansar de decirlo) no hay igual a manejar un auto eléctrico en ciudad. Es decir, ningún auto a combustión se le acerca en cuanto al nivel de agilidad, suavidad, tranquilidad y seguridad que propone un auto eléctrico como estos BYD u otros que evaluamos en ATT. La eficiencia y linealidad que demuestran en el empuje, al carecer de un régimen ideal de funcionamiento y de siempre entregar todo el torque desde 0 vueltas, se sienten ideales para la ciudad.

Al igual que otros productos eléctricos de la marca, la transmisión carece de una función “B” de “Battery” que aumente la retención eléctrica de los motores para aprovechar las inercias y transformarlas en energía eléctrica, pero de todas formas, los consumos de esta Song se manifestaron bastante tranquilos, en torno a los 18 kWh/100km, lo que (para hacerlo más simple) desembocó en que la batería de 71 kWh dio una autonomía real de 475km aproximadamente, siendo un numero bastante fiel a los 500km que la marca prometía.
Por lo demás, no es necesario explayarse demasiado en su funcionamiento, ya que la suavidad, agilidad y sensaciones de manejo mecánico que transmiten estos productos eléctricos (y más aún en el caso del dueto e2-Song) son totalmente similares, por no decir que casi idénticos, aunque con un poco más de agilidad en el SUV. Autos ágiles en lo urbano, rápidos de 0 a 100km/h, pero de respuesta más aletargada pasados los 50 km/h. Y así se explicita por ejemplo, en las recuperaciones, donde de 80 a 110 km/h, el Song se tomó unos suficientes 7,33 segundos para ese sprint, nada destacable, ni por mal ni por bien (no comparar por favor a los insanos 2.3 segundos del Tang). Esto no habla mal de las cifras de potencia o de torque del Song, que no son malas (aunque tampoco despampanantes), sino que habla de su peso, y es eso quizá lo que hace que a altas velocidades pierda la gran agilidad que tiene en ambientes urbanos.

En cuanto a las cargas de la batería, si bien la autonomía del producto es correctísima, quizá si es criticable las demoras que presenta a la hora de cargar en infraestructura pública. Como siempre, este apartado se toma a medias, lo sensato si se va a adquirir un vehículo full-eléctrico, es ser consciente de las limitaciones que tiene en cuanto a el reccorido posible, y además, tener un lugar para cargarlo todas las noches en tu hogar, lo que hace que estas demoras que planteamos, prácticamente desaparezcan. La autonomía de 475 km aprox hace que no se gaste casi nada de la batería en el día a día. Lo que les digo siempre.



En cuanto a las sensaciones de manejo, el Song tiene un andar sorprendentemente sólido y audaz. En pocas ocasiones los neumáticos de 235/50 R19 marcan las irregularidades de la calzada y no suelen transmitirlas al habitáculo. El esquema de suspensiones es bastante clásico para ser un SUV-C, utilizando suspensiones tipo McPherson adelante, y un sistema de multi-link en el eje trasero, lo que transmite una quietud destacable por aquellas zonas. En la ciudad es un producto totalmente dinámico y muy ágil, devorándose fácilmente los primeros 50 km/h y aletargándose luego de estos. Los estacionamientos no son problema a pesar de los casi 4.7 metros de longitud, por la presencia de sensores delanteros, traseros, cámaras de visión 360º con líneas dinámicas.

Por lo demás, es un planteo totalmente orientado hacia el confort (como no podría ser de otra forma en un producto de este tinte), siendo de cambios de apoyos blandos y siempre transmitiendo seguridad, pero sobre todo confort y pocas vibraciones y sobresaltos dentro del habitáculo. Más se intensifica este interés por el comfort y la suavidad de marcha cuando salimos a buscar quizá los límites del chasis, ya que al realizar curvas fuertes las inclinaciones se notan, pero en general, sigue sintiéndose seguro y puede solventar con facilidad situaciones normales a exigentes. La dirección no es de las más directas del mundo, pero transmite suficiente seguridad, siendo liviana cuando estamos estacionarios, y cobrando suficiente dureza a altas velocidades. Por lo demás, la insonorización es realmente excelente, no se ve afectada por vientos cruzados de velocidad normal, y si bien su propulsión y demás lo hacen mayoritariamente urbano, es un muy agradable producto para salir a hacer ruta, va con un aplomo muy destacado.

LO BUENO | LO MALO |
-Diseño exterior -Diseño y calidad interior. -Comfort de marcha. -Habitabilidad hasta para 5. -Equipamiento -Autonomía. -Agilidad urbana. -Garantía. -Precio CIF. | -Tiempos de cargas. -Prestaciones en ruta. -Falta de Apple CarPlay y Android Auto. -Falta de auxilio. |

Conclusión
Para ir concluyendo la evaluación del BYD Song Pro EV, podemos decir lo siguiente:
En la estética, es un producto con un diseño bien pensado, a mi gusto lo más agradable que trae la marca oriental al país. Un diseño sobrio, moderno, tecnológico y que tiene aristas muy sofisticadas y cuidadas. Ni una sola óptica convencional, todo full LED de buen poder y que aporta al diseño.



En el interior, nos encontramos con un diseño mucho más cuidado, paneles cubiertos en “gamuza” y eco-cuero, ni un solo grillo en la unidad de pruebas (de todas formas, marcaba 70km en el odómetro al momento del retiro, habría que ver el avance). Sistema DiLink, como siempre, pantalla grande, aplicaciones nativas (Waze, Spotify, Netlix y más), pero falta de Apple CarPlay y Android Auto.
Espacio sobra para todos los ocupantes, ninguna cota es limitada en el habitáculo. El baúl tiene un espacio decente y está bien terminado, se abre y cierra eléctricamente y tiene función manos libres.



El conjunto impulsor eléctrico se desempeña correctamente, quizá un poco flojo de potencia en la ruta, pero en la ciudad es, como casi todos los EV’s, lo mejor que se puede manejar, y por ende, un gran daily driver. Fácil de estacionar además, cámaras con proyección a 360º de buena definición y sensores delanteros y traseros. Lo malo de este apartado es que las cargas son extensas si dependemos de la carga pública a velocidad estándar. Pero esperemos que así no sea, aunque uno tendrá que invertir en un wallbox, porque la marca no lo incluye en el precio.
Al igual que sucedió con Tang, la relación calidad-producto se ensancha cuando ponemos sobre la mesa los precios bonificados, ya que por ejemplo, este Song Pro EV evaluado, cuesta U$S 44.000 en este nivel de equipamiento, que es abundante. Una buena compra.
Equipamiento
Precio y garantía
- BYD Song Pro EV GLX 59,1 kWh – U$S 56.990
- Precio CIF – U$S 40.000
- BYD Song Pro EV GS 71 kWh – U$S 60.990
- Precio CIF – U$S 44.000
- Garantía de 5 años o 100.000km (8 años o 500.000km para batería)
- Comercializa: SADAR. Paysandú 1083 Tel. 29020843. www.byd.com.uy
